Sobre Nosotros
Nuestra firma fue fundada el 30 de abril de 1894, bajo el nombre de “Almacén del Arado”. Su fundador fue don Ambrosio L.Bertolotti, nacido en Pando e hijo de inmigrantes italianos dedicados a las tareas rurales. Allí comenzó a trabajar Ambrosio desde muy jovencito, hasta que decidió trasladarse a Pando en el año 1885 e ingresó como empleado en la firma de los Sres.Usabiaga, Laurnaga y Cía.
Luego de trabajar, como él mismo lo contaba, la semana entera, pues no había ni sábados ni domingos libres y ni hablar de los horarios que se extendían hasta quedar agotados, decidió instalarse por su cuenta.
Su capital inicial fueron los sueldos que celosamente guardó durante ese período de diez años, bajo el sueño de tener su propio comercio.
Así pues nace el “Almacén del Arado”, que con el tiempo pasó a llamarse Casa A.Bertolotti y actualmente se ha transformado en A.Bertolotti S.A.
Primero almacén de comestibles, luego ferretería, luego barraca y con los años se agregaron hornos caleros, carpintería de obra y fábrica de mosaicos y baldosas. Con el tiempo algunos rubros como alimentos y hornos caleros quedaron atrás, pero se incorporó la importación de diversos artículos, potenciando básicamente los de uso rural y agrícola.
Sobre Nosotros
Nuestra firma fue fundada el 30 de abril de 1894, bajo el nombre de “Almacén del Arado”. Su fundador fue don Ambrosio L.Bertolotti, nacido en Pando e hijo de inmigrantes italianos dedicados a las tareas rurales. Allí comenzó a trabajar Ambrosio desde muy jovencito, hasta que decidió trasladarse a Pando en el año 1885 e ingresó como empleado en la firma de los Sres.Usabiaga, Laurnaga y Cía.
Luego de trabajar, como él mismo lo contaba, la semana entera, pues no había ni sábados ni domingos libres y ni hablar de los horarios que se extendían hasta quedar agotados, decidió instalarse por su cuenta. Su capital inicial fueron los sueldos que celosamente guardó durante ese período de diez años, bajo el sueño de tener su propio comercio.
Así pues nace el “Almacén del Arado”, que con el tiempo pasó a llamarse Casa A.Bertolotti y actualmente se ha transformado en A.Bertolotti S.A. Primero almacén de comestibles, luego ferretería, luego barraca y con los años se agregaron hornos caleros, carpintería de obra y fábrica de mosaicos y baldosas. Con el tiempo algunos rubros como alimentos y hornos caleros quedaron atrás, pero se incorporó la importación de diversos artículos, potenciando básicamente los de uso rural y agrícola.
Su capital inicial fueron los sueldos que celosamente guardó durante ese período de diez años, bajo el sueño de tener su propio comercio.
Así pues nace el “Almacén del Arado”, que con el tiempo pasó a llamarse Casa A.Bertolotti y actualmente se ha transformado en A.Bertolotti S.A.
Primero almacén de comestibles, luego ferretería, luego barraca y con los años se agregaron hornos caleros, carpintería de obra y fábrica de mosaicos y baldosas. Con el tiempo algunos rubros como alimentos y hornos caleros quedaron atrás, pero se incorporó la importación de diversos artículos, potenciando básicamente los de uso rural y agrícola.
El 15 de junio de 1908, don Ambrosio abría un escritorio en Montevideo en la calle Uruguay No.65 con el nombre de “Casa Uruguaya”, a donde se trasladaba prácticamente a diario desde Pando para atenderlo. Debido al éxito del mismo, al poco tiempo se mudó a un local más grande en la misma calle Uruguay No.62 y allí se crea Casa A.Bertolottti Montevideo. Años después hubo un nuevo cambio a la Calle Uruguay 782, local que la firma sigue ocupando actualmente.
Famosas fueron sus marcas registradas “La Novia”, “El Uruguayo” y “La Campaña”, nombres estos con los que identificaba a varios de las máquinas que importaba.-
Don Ambrosio era un convencido del buen marketing siendo el segundo avisador del Diario La Mañana , pero su gran talento lo llevo a publicar durante años una revista llamada “La Campaña” de distribución gratuita en toda la campaña. La misma no sólo contenía material publicitario de sus productos, sino que además contenía temas de interés general, temas agrícolas especialmente redactados por un Ingeñiero Agrónomo y hasta un sector de humor.
Su hijo Alfio comienza en los años cuarenta a actuar de lleno en la empresa , agregando nuevas máquinas importadas, ya que la guerra prácticamente había dejado a la empresa sin proveedores. Así, después del 1945 debió trasladarse varias veces a Europa y EEUU a conseguir nuevas líneas.-
En el año 1958 decide abrir una sucursal en Atlántida para atender los pedidos de una zona que crecía sin parar y que era atendida diariamente por un camión que partía de nuestra barraca en Pando.
Quedan aun de recuerdo de la época de la guerra, un carro que tirado por caballo hacía reparto por Pando y se usó también lo que se llamaba un “gasómetro”, que era un voluminoso
aparato que transformaba el carbón en gas, que era utilizado en lugar de combustible. Todo lo anterior refleja el racionamiento de nafta que hubo en ese período.-
En la década del 1960 se incorporan de lleno dos de los cuatro hijos de Alfio, Alfio y Ambrosio y en forma parcial lo hace María Sara.
Actualmente se encuentran incorporados y al mando Alvaro y Alejandro, ambos hijos de Alfio.
O sea, que con orgullo podemos decir que hemos llegado a la cuarta generación.
La empresa ha contado con un personal extraordinario que entendieron siempre el sentido de trabajar por la empresa era en beneficio de todos. Varios de nuestros colaboradores nos
acompañaron por más de 50 años, pero vale la pena destacar un caso en especial . Luisa Pose , ingresó a trabajar con 16 años y se jubiló con 80 años, o sea 64 años de trabajo. Para
nosotros es un verdadero orgullo que hayamos podido tener , como también ocurre actualmente el espíritu de una gran familia, en un ámbito de respeto y seriedad mutuo.
Nuestra sede principal sigue estando en Pando en la misma ubicación
en que fue fundada nuestra empresa y hemos ido acompañando los nuevos adelantos técnicos que ha habido a lo largo de los años, por eso ahora también incorporamos nuestra
página web, para un mejor servicio a nuestros clientes.-
